En el mundo emprendedor hay una máxima que todos llevamos a fuego grabada: el tiempo es oro.
Seguro que llevas un registro de tu dinero, ya sea de tu negocio, proyecto, o de tu vida personal.
(Si no lo haces, enhorabuena, te sobra el dinero y te da igual dónde se gasta).
Si el tiempo es dinero, ¿por qué no acostumbramos a llevar un registro también del tiempo?
Los emprendedores solemos estar más concienciados. Aunque nuestros modelos de negocio no se basen en tiempo por dinero (es decir, a tantos euros la hora), siempre, todos, calculamos un aproximado de cuánto ha resultado la hora trabajada. De media.
Para saber si nos compensa ese trabajo, vaya… porque si el resultado de un trabajo es cobrar 3 euros la hora, prefiero pasarme la hora tirada en el sofá.
Otros emprendedores sí que cobran por hora trabajada (cosa que depende de tu servicio, claro), y necesitan controlar cuántas horas han trabajado para luego cobrarlas o justificarlas.
Como siempre, hay varias herramientas que nos ayudan con esto. Ya te he hablado de la que uso yo: Toggl.
Con Toggl contabilizas el tiempo que dedicas a cada tarea, y esa tarea puedes clasificarla por proyectos y por clientes, de forma que a final de mes (o de trimestre, o de año), puedes ver el informe total de horas trabajadas en cada proyecto, en cada cliente…
Es tan fácil de usar como escribir la tarea y darle al PLAY, y darle al STOP cuando paras.
La herramienta sabe que no somos robots y podemos olvidarnos de darle al Play: por eso también puedes registrar el tiempo de forma manual, y editar las entradas anteriores (si te olvidaste de darle al Stop, por ejemplo).
Es gratis, necesitas registrarte, y tienes a la izquierda el menú con Timer, para el registro, y Reports para los informes, las dos opciones que más te interesan.
Y si tienes equipo, podéis compartir el trackeo de proyectos para tener informes globales, ya sea para organizaros o para presentar a vuestros clientes.
Para finalizar este post, te diré: no te obsesiones, ve trackeando todo lo que haces, y dedica el último día del mes a analizar en qué has gastado el tiempo, en si podrías tardar menos (delegando, cambiando, o no haciéndolo), y, si cobras por ello, si ha merecido la pena.